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Chica escuchando música mientras toma copa de vino tinto

¿Y si el vino también se escuchara?

La escena es simple: copa en mano, buena compañía, luz tenue… y de fondo, una melodía suave que parece encajar perfectamente con lo que estás bebiendo. No es casualidad. El vino y la música tienen mucho más en común de lo que creemos. Y cuando se combinan bien, pueden potenciarse mutuamente de una forma casi mágica.

En Crusoe Treasure lo sabemos bien. Nuestro vino evoluciona bajo el mar, en un entorno donde todo vibra y fluye. ¿Por qué no llevar esa misma idea al momento en que lo disfrutas?

No solo es sabor: el sonido también influye

Aunque solemos pensar en el vino como una cuestión de gusto y olfato, la ciencia lleva años demostrando que el oído también tiene mucho que decir. La música puede alterar cómo percibimos el sabor. No el vino en sí, claro, sino cómo lo sentimos.

Música suave y envolvente puede hacer que un vino parezca más redondo, más elegante. Una canción con mucho ritmo, por el contrario, puede acentuar su carácter, su intensidad o su frescura.

Lo interesante no es tanto el tipo de vino, sino el diálogo que se crea entre lo que escuchas y lo que bebes.

Copas de vino tinto y de fondo persona tocando guitarra

Vinos que suenan a mar

Nuestros vinos submarinos envejecen en condiciones únicas. Sumergidos en el fondo de la Bahía de Plentzia, rodeados de corrientes, fauna marina y silencio líquido. Es un proceso que va más allá del tiempo. Es una forma de vida. Y cuando llegan a tu mesa, traen consigo un pedazo de ese mundo sumergido.

Por eso hemos creado una banda sonora que acompaña esa experiencia: una selección de temas que evocan el movimiento del océano, la calma profunda y la energía del entorno marino. No es música para catar de forma técnica. Es música para dejarse llevar.

🎧 Escucha nuestra playlist en Spotify:
👉 Crusoe Treasure – Underwater Wine Experience

Haz la prueba

Te proponemos algo sencillo: la próxima vez que descorches una de nuestras botellas, pon esa playlist de fondo. No hace falta que pienses mucho. Solo escucha, huele, prueba. Deja que todo encaje solo.

¿Notas cómo cambia la sensación? ¿Cómo algunos matices destacan más? ¿Cómo el vino parece bailar con la música?

Eso no es una ilusión. Es una experiencia sensorial completa.

Encuentra tu propio ritmo

Cada persona tiene su manera de disfrutar el vino. No hay reglas. Pero si algo hemos aprendido es que cuando se combina con música que nos emociona, el vino se vuelve más nuestro. Más personal.

Y si además ese vino ha pasado meses bajo el mar, absorbiendo el pulso del océano… entonces no estás simplemente bebiendo. Estás escuchando una historia que viene desde las profundidades del mar.

¿Te animas a probarlo?

Señora escuchando música en el sofá mientras toma una copa de vino tinto
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