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Mujer y más personas brindando con copa de vino tinto submarino

Descubrir el vino sin complicarte la vida: una cata para todos los públicos

¿Te ha pasado alguna vez que alguien empieza a hablar del vino que estás catando y sientes que no tienes suficientes conocimientos? 

En una reciente entrevista que concedió Antonio T. Palacios, nuestro enólogo y referente a nivel nacional en el mundo del vino, habló sobre este tema. Su conclusión: catar vino no es un arte reservado a unas pocas personas. El secreto está en relajarse, disfrutar y dejarse llevar por los recuerdos.

Aquí os dejamos algunos consejos para perder el miedo a la cata.

Todo comienza con la vista

Antes de probarlo, obsérvalo. Inclina la copa sobre un fondo blanco y mira el color, el brillo, ese borde que puede contar historias. ¿Más anaranjado? Quizás tiene más años. ¿Tonos vivos? Posiblemente sea joven y lleno de energía. No hay respuestas correctas ni equivocadas: lo importante es lo que a ti te transmite.

Hombre mirando copa de vino blanco y mujer olinendo copa de vino blanco

Un aroma, mil recuerdos

Lo mejor del vino es que huele a vida, huele a lugares, personas, momentos... Tal vez te recuerde a la fruta que comías en verano, al incienso de alguna casa antigua, o al campo después de llover. Los olores activan nuestra memoria sin pedir permiso, y eso lo convierte en algo muy personal. No hace falta ser experto. Solo tienes que dejarte llevar.

El sabor no se explica, se siente

En boca, el vino se siente. Más allá de tecnicismos, lo que importa es si te gusta o no. Al probar el vino, fíjate en cómo se comporta: ¿es suave?, ¿se queda?, ¿pide otro sorbo? Tal vez te parezca fresco, cálido, cremoso… y eso es válido. Lo importante no es repetir lo que dicen otros, sino reconocer lo te gusta. Y el retrogusto, esa explosión de placer que queda, es el gran premio que nos da la memoria sensorial.

Personas disfrutando del vino

Mitos fuera

Olvida el miedo, los términos imposibles y la presión del "vino caro". El mejor vino no es el más complejo, ni el más famoso, ni el más caro… sino el que te gusta a ti.

Catar vino no es una prueba, es un viaje sensorial. El único requisito es tener ganas de disfrutarlo. Así que la próxima vez que tengas una copa en la mano… huele, siente, recuerda. Y sobre todo: pierde el miedo.

Cata de vino Crusoe Treasure

Ahora que ya has perdido el miedo a catar un nuevo vino, ¿te animas a escuchar las olas del mar o el silencio que se siente bajo el océano mientras catas uno de nuestros vinos submarinos?

¿Empezamos con la cata?

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