En Crusoe Treasure creemos que cada vino tiene una historia, pero antes de que el paladar la descubra, los ojos son los primeros en leerla. El color del vino es mucho más que una cuestión estética: es una señal, una promesa, una pista sobre lo que viene. En nuestra bodega submarina, donde la innovación se sumerge en el respeto por la naturaleza, cada tonalidad refleja no solo la variedad de uva y el método de vinificación, sino también nuestro compromiso con una viticultura diferente, más consciente y conectada con el mar.
¿Por qué un vino tiene ese color y no otro?
El color de un vino se forma por la interacción de diversos factores, como:
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La variedad de uva: las tintas aportan antocianos (rojos, púrpuras, azules), mientras que las blancas contienen flavonoides (amarillos y verdosos).
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El proceso de vinificación: desde cuánto tiempo pasa el mosto en contacto con las pieles hasta el tipo de fermentación y su temperatura.
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El paso del tiempo: la crianza —ya sea en barrica, botella o en nuestro caso, bajo el mar— transforma sutilmente el matiz, haciendo que un tinto joven se torne teja o que un blanco evolucione hacia el dorado.
Una paleta viva de tonalidades
Cada categoría de vino tiene su propio espectro cromático, pero en Crusoe Treasure no solo nos interesa el color como rasgo técnico, sino como expresión artística de nuestro ecosistema enológico submarino.
Blancos que brillan como el sol en la superficie
Pueden nacer de uvas blancas o tintas, siempre que se evite el contacto prolongado con los hollejos. En nuestra bodega trabajamos con variedades como Albariño, buscando frescura, mineralidad y esa chispa atlántica que solo el mar puede potenciar.
Tintos con profundidad y misterio
Aquí, el color se extrae de la piel de la uva, y cuanto más tiempo se mantenga el contacto, más intenso y oscuro será. En nuestra gama, cada tinto refleja la personalidad de su variedad, pero también el carácter de un envejecimiento en un entorno que no existe en ningún otro lugar del planeta: bajo el mar.
Anaranjados: el alma blanca con espíritu rebelde
Estos vinos rompen moldes. Se elaboran como los tintos, pero con uvas blancas. Nuestro Sea Legend Nº10 es un homenaje a esta técnica ancestral, con una personalidad única que la crianza submarina eleva a otro nivel. Ámbar, salinidad, estructura... una experiencia que no se olvida.
Espumosos nacidos del fondo del mar
La efervescencia transforma el color en algo aún más mágico. Nuestros espumosos realizan su segunda fermentación bajo el mar, un reto técnico que hemos perfeccionado durante años. El resultado es un vino lleno de vida, con reflejos brillantes y burbujas finas que parecen contar secretos del océano.
Ver el vino con otros ojos
En Crusoe Treasure, los colores del vino no solo nos hablan de química o procesos. Nos hablan de tiempo, de origen, de terroir... y de mar. Observarlos antes de probarlos es el primer paso para conectar con la historia líquida que contiene cada botella. Es mirar más allá del cristal y descubrir un universo donde el vino y el océano escriben juntos su relato.