Nuestros vinos, son diseñados en tierra para evolucionar bajo el mar de la mejor manera posible, siendo ATESORADOS.

Los vinos se pueden envejecer o criar con un sinfín de procedimientos. Existen vinificaciones diferentes y con excelentes resultados. Un ejemplo de innovación, que está creando tendencia enológica, es el caso del atesoramiento submarino, nombre del proceso  de elaboración de vinos bajo el mar Cantábrico, desarrollado  por la Bodega Crusoe Treasure, a raíz del proyecto LSEB Plentzia (Laboratorio Submarino de Envejecimiento de Bebidas).

El vino y el mar

La historia ha vinculado durante miles de años el mar y el vino. Los navegantes llevaban en sus barcos desde los primeras singladuras alimentos para su subsistencia y mercancía para comerciar. Muchos de estos alimentos eran transportados en ánforas y todo tipo de recipientes. El trigo, el grano y todo tipo de especias dieron luego paso al comercio del aceite y del vino. A lo largo de la historia esa ha sido una realidad constante y miles de barcos han terminado en el fondo del océano sus días. De la recuperación de esos vinos sumergidos en el mar han surgido todo tipo de elucubraciones sobre su evolución y su valor enológico, económico e histórico.

 El atesoramiento submarino

El atesoramiento submarino es la definición del proceso de elaboración de vinos y otras bebidas alcohólicas creado y diseñado por Bodega Crusoe Treasure, que se lleva a cabo desde hace años, nacido a raíz de los estudios de LSEB Plentzia. Un proceso, nacido y mejorado tras años de investigación, en el que hemos aprendido a cómo diseñar el vino en tierra, controlando una serie específica de parámetros, entre otros factores, para posteriormente lograr la máxima expresión evolutiva  bajo el mar. El atesoramiento submarino tiene un padre y referente en el mundo de la enología: el reputado enólogo y Doctor en enología Antonio T. Palacios, enólogo de Crusoe Treasure desde su fundación.

Los factores diferenciales de nuestro proceso de atesoramiento submarino, en su fase marina, son:

– Temperatura. Nuestros vinos están sometidos a pequeños cambios de temperatura continuos. Sin superar los 19 ºC ni bajar de los 12 ºC. El Mar Cantábrico y la Bahía de Plentzia – Gorliz donde nos encontramos son un lugar idóneo para este proceso.

– Presión. Los caldos están sometidos a una presión de 3 bares (3 atm). Con el paso del tiempo, se produce un cambio de presión en la botella entre el interior y el exterior. Esto hace que la presión parcial de oxígeno en el interior de la botella cambie, y sea mayor en el interior que en el exterior (sí, es increíble, pero cierto). Las mareas y la luna juegan un papel fundamental, al modificar de forma natural y continuada la presión sobre las botellas de vino Crusoe Treasure. Esto, unido a la menor gravedad, da lugar a nuestro singular proceso.

– Movimiento. Sometidos al balanceo constante de las corrientes, las mareas y las olas, nuestros vinos no descansan, se mecen y evolucionan al ritmo constante de las corrientes, mareas y temporales del Mar Cantábrico.

– Menor gravedad. Al estar bajo el agua, el pesos de cualquier objetos se reduce. Lo mismo pasa con los líquidos, pesan menos, esto unido al meceo constante producido por el mar Cantábrico (mareas fuertes cada 6 horas, olas continuadas y temporales en invierno) hace que la estructura del vino cambie para bien, según nuestros enólogos.

– Mareas. Cada seis horas el mar sube o baja en nuestra bodega- arrecife artificial hasta 4 metros de altura de forma ininterrumpida, 24H/365. Podemos hablar de la biodinamia mas extrema hasta la fecha, cambios constantes de luz, movimiento, presión y temperatura producidos por la propia naturaleza sin intervención alguna del hombre.

Estos son algunos de los factores que determinan cómo serán nuestras “añadas” bajo el mar, pero existen más, y seguimos aprendiendo a diario, no solo en el mar, también en tierra.

De cómo elaboremos en tierra,  y el proceso de atesoramiento del vino  en la bodega-arrecife artificial, dependerá la personalidad de cada uno de nuestros vinos.

Fuimos pioneros, quizá hasta insensatos, pero no queda duda que el atesoramiento submarino diseñado por Crusoe Treasure es una realidad y afecta positivamente a la evolución de los vinos, consiguiendo la máxima expresión evolutiva del vino. Así lo constatan miles de clientes y expertos por todo el mundo. En Bodega Crusoe Treasure  nada se deja al azar, se trata de un proceso controlado dentro de un medio incontrolable, fruto de años de investigación y bajo la dirección enológica de nuestro enólogo Antonio T. Palacios.

Ahora que sabes más, ¿qué vino atesorado bajo el mar quieres catar?